TURISTAS REHENES Y
LUGAREÑOS IMPOTENTES
Con la llegada
del verano (e incluso previamente a él) comienza a instalarse en una buena
parte de la comunidad marplatense y agregados, todo un ambiente directamente
relacionado con la explotación comercial veraniega, en sus distintas formas y
expresiones. Como
en casi todos los últimos años y a modo de síntesis o reincidencia, se puede
expresar que; comienzan los consabidos reclamos y demandas gremiales de los
guardavidas, en pos de reivindicaciones de distinta índole. El aggiornamiento
de salas de espectáculos (de variadas escalas y ubicaciones) de las más de 120 puestas en escena teatrales,
musicales, variedades y otros tópicos (preponderantemente más foráneos que locales)
que se ofertarán en la ciudad. Que el
Torneo de futbol de verano sí, que no, con público eterofutbolero de un color
si, los del otro no, con los dos tal vez, los clásicos de allá y porque no los
de mas allá…. La apertura de nuevos locales comerciales o remodelación de los
existentes (arquitectura efímera) que intentarán y soñarán, en distintos
puntos, hacerse su “mini temporada”. El armado
de los sectores playeros y balnearios, parar estructuras de carpas,
tender lonas, colocar senderos, pintar chiringos y bares, etc., etc., etc.
En fin, de una
u otra forma se empiezan a palpitar esos próximos 50 a 60 días intensivos,
donde paralelamente a la veneración del mejor clima, las infaltables
especulaciones dolarizantes y la concurrencia masiva, se harán vaticinios de un
sinnúmero de posibles éxitos y supuestos aciertos.
Yendo a lo que nos
ocupa y preocupa, es precisamente sobre el sector costero marítimo y más
precisamente playero, donde es interesante plantear viejas deudas, asignaturas
pendientes y frustraciones a flor de piel, todas en perjuicio de los usuarios de esos lugares. Dice textualmente la
página amardelplata, sitio oficial de
la Secretaria de Turismo de la MGP; “Las playas marplatenses se alternan a lo largo de 47 km de
costa y tienen distintas características que complacen todos los gustos. Las
alternativas incluyen las populosas playas céntricas (Bristol, Popular, Punta
Iglesia, Las Toscas); las de aguas más calmas por la protección de escolleras
(Varese y Cabo Corrientes); las tradicionales playas de La Perla, las que
forman pequeñas ollas entre espigones con forma de “T” (al norte); las
frecuentadas por surfistas (Playa Grande); las más amplias (Punta Mogotes); las
más pequeñas al pie de los acantilados (al sur); las rodeadas de bosques
(Alfar) y la naturista (al sur de Chapadmalal).
Las playas se caracterizan por el declive
suave; las ofertas de sombra y recreación; y por brindar servicio de
guardavidas para la seguridad de los bañistas. También disfrutar de excelente
gastronomía y maravillosas vistas marinas, bailar hasta el amanecer y disfrutar
espectáculos musicales.” (Bajado de www.turismomardelplata.gov.ar).
Esta
disponibilidad y
oferta playera de tamaña envergadura, es utilizada tanto por visitantes (léase
Turistas) como por muchísimos lugareños. Es vieja la discusión (aún vigente)
entre el espacio costero de los sectores cedidos en concesión para su
explotación comercial, y el espacio libre que queda para el uso de la gente en
carácter público. ¿Hasta dónde van avanzando unos, y hasta donde van a
retroceder los otros? No es el interés central de esta nota, abordar
especialmente esa discusión, pero si la dejaremos en una breve pausa, para un
futuro cercano.
Nuestra
preocupación hoy radica en los espacios costeros netamente públicos, ya sean
esas porciones de arena remanentes de las explotaciones comerciales privadas,
como así también aquellos que aún sobreviven como balnearios totalmente
públicos. ¿¿ Y…..?? Usted se preguntará ¿porqué la preocupación? Si no lo
sintió y sufrió en carne propia, resultan inadmisibles las condiciones de
habitabilidad, higiene y uso de los sectores que mencionábamos, excepto un
puñado de casos. Veamos…. Soy un humilde y simple turista, o puedo ser también
un lugareño, quizás hasta me hospede o viva
a 5,6 u 8 cuadras de la costa, del mismo barrio de la playa……
¿Cómo puedo acceder
a una posible porción de arena?, ¿Hay escaleras, bajadas o pasos seguros? ¿Hay
accesibilidad para personas con capacidades distintas, para adultos mayores y
no tan mayores, o una madre con 3 niños pequeños?, ¿Alguna rampa?...... No.
¿Hay sanitarios
para uso público gratuitos o pagos?, ¿Hay sanitarios privados para uso
público?, ¿Un humilde y sencillo
retrete? y quizás ¿una simple ducha de agua dulce al aire libre?..... No.
¿Quién limpia las
playas públicas? Había una especie de tractores que rastrillaban el espacio de
arena, sacando mugre y suciedad, ¿Desaparecieron? Ramas, hojas, envoltorios,
preservativos, puchos, jeringas, restos de alimentos, etc., etc., etc., ¿Se los
lleva el mar con la pleamar?, ¿Hay cestos para residuos?........ No.
Parece que los
funcionarios responsables no entienden que, no es lo mismo una Ciudad Turística
que una Ciudad con Turismo. La gente naturalmente y con todo derecho usa la ciudad, concurre a Balnearios y
Playas, la cuestión es que pueda utilizar esos ámbitos dignamente. El día que se Planifique seriamente nos permitirá discutir otros temas, entre los
cuales la accesibilidad, higiene y equipamiento de las Areas Públicas, no solo
de las playas, serán solo el principio del tema.
¡¡Mar del Plata Ciudad Feliz!! ..¡¡La Perla del
Atlántico!!............. Qué gran ironía. ¿No le parece?
Nota: la ciudad
cuenta con 95 Balnearios Privados y 17 Playas Públicas. Datos oficiales
obtenidos de la mencionada página www.turismomardelplata.gov.ar
Por “C-C”, Arq. Norberto Lemmi.-
MdP. 10-01-2014.-
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