domingo, 1 de diciembre de 2013

Hogar y Ciudad

HOGAR Y CIUDAD

No todas las viviendas son hogares, y mucho menos barrios enteros alcanzan a conformar ciudad.
¿Qué es lo que pasa?
Pareciera que por más que se estén haciendo inversiones valorables, tanto en materia de obra pública, vivienda e infraestructura, realizado fuerte asignación de recursos para paliar el Déficit Habitacional, (promedio a nivel nacional de 120.000 soluciones habitacionales por año, en los últimos 8) no se ha logrado avanzar en el aumento de calidad de vida urbana, como tampoco en consolidar un hábitat cotidiano y una ciudad integral, que inspiren situaciones de dignidad en el conjunto social.
Hace ya unos cuantos años, y también paralelamente otros tantos colegas comprometidos con el quehacer de las ciudades, que vemos con preocupación el desequilibrio cada vez mayor que existe en nuestros centros urbanos, ese probablemente el de tu barrio, ese mismo, el de todos los días. Sectores centrales y/o puntuales altamente diseñados y equipados, en contraste con periferias cada vez mayores en baja calidad urbana y pauperización social, refleja que evidentemente, todavía no terminamos de encarar la brecha y la contradicción existentes entre el Centro y la Periferia. Continuamos remitiéndonos a valores, datos y estadísticas de déficit habitacional, y vemos cada vez más lejano aquel estado de bienestar imperante en otros tiempos, fundamentalmente para los sectores más postergados y en definitiva para la comunidad en general.
Hay una realidad, que en aquellas localidades de mediana densidad y aún mayores, fundamentalmente costeras y turísticas, la inversión en ladrillos, más precisamente la construcción de viviendas en horizontalidad/vertical, sigue siendo el boom adoptado(al menos hoy en los papeles). Ello constituye la materialización de unidades habitacionales, que en el mejor de los casos, solo un puñado de ellas ingresarán al mercado inmobiliario como ofertas de alquiler. Muy pocas, prácticamente pequeñas cantidades serán habitadas por sus reales propietarios.
Esto es realmente preocupante, lo que ya nos hace preconizar que se están construyendo sectores urbanos vacíos  dentro de otra ciudad parcialmente vacía. Bienes de inversión, bienes en ladrillos……solo inversión. Que loco. Una gran colmena, mitad hueca y mitad vacía, obviamente en las áreas más caras de la ciudad. Todo ello, ha llevado el costo de suelo apto para desarrollar actividades de hábitat sostenible, a valores incalculables, casi inalcanzables para la mayoría de la población.
Laburantes y sencillos, abstenerse, prohibido vivir allí. De humildes y pobres, ni hablar………..
¿Y nuestro Colegio Distrital, nuestra voz, en fin…los arquitectos, no pensamos ni decimos nada? ¿Silencio?
Ante esta realidad sabemos que, los centros urbanos con demanda de vivienda insatisfecha, se estiran, se estiran…….se estiran, pero evidentemente no se rompen, se pauperizan pero no se rompen. Traspasamos los límites del ejido urbano, ingresamos en áreas rurales y no logramos achicar el déficit, seguiremos ocupando quintas, chacras y suelo productivo fértil, ¿y la ciudad?
En la medida que no exista una política integral y una discusión con participación activa de los sectores involucrados, que contemple todos los distintos aspectos que hacen a los centros urbanos, seguiremos nombrando; índices de inversión, cantidad de viviendas construidas, mano de obra ocupada, soluciones habitacionales proyectadas, crecimiento y demanda poblacional, etc., etc., etc., pero ¿habremos construido hogares y hecho ciudad?..... Ese es el desafío.

Arq. Norberto Lemmi
MdP.-Octubre 2013.





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