jueves, 21 de mayo de 2020

Imagen Luis Perrino NA


El malestar en el actual momento de la civilización

Texto escrito por el Arq. Jorge Mario Jáuregui / Rio de Janeiro, 19 de mayo de 2020

Sigmund Freud define la cultura como la suma de operaciones y normas que distancian nuestra vida de la de nuestros antepasados y que sirven para dos fines: la protección del ser humano frente a la naturaleza, y la regulación de los vínculos recíprocos entre los hombres.
Y lanza una pregunta: si el desarrollo cultural logrará, y en caso afirmativo, en qué medida, dominar la perturbación de la convivencia que proviene de la humana pulsión de agresión y de auto aniquilación.
Nuestra época merece quizás un particular interés justamente en relación con esto, escribe Freud en 1930. Hoy los seres humanos han llevado tan adelante su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza que con su auxilio les resultará fácil exterminarse unos a otros, hasta la última persona. Ellos lo saben, de ahí buena parte de la inquietud contemporánea, de su infelicidad, de su talante angustiado, dice él.
Freud concluye expresando su duda sobre quien finalmente triunfará en el combate entre pulsión de vida y pulsión de muerte en lo humano.

A partir de esto quisiera actualizar y traer para nuestro momento la manifestación del malestar del que nos habla Freud, que hace síntoma en distintos campos:

Malestar Político (manipulación de la opinión pública con noticias falsas).
Malestar Económico (aumento de las desigualdades, provocado por el neoliberalismo).
Malestar Social (exacerbación de las diferencias; intolerancia; racismo; xenofobia; rechazo a los inmigrantes).
Malestar Ambiental (contaminación, polución, incendios, calentamiento global, agotamiento de las fuentes de recursos).
Malestar Urbano (ciudades divididas entre sectores formales e informales, con grandes áreas sin calidad urbanística, arquitectónica, paisajística y ambiental).
Malestar en la Civilización (apropiación de la idea de progreso por la ciencia; pero el conocimiento científico no es más considerado como factor de civilización).
Malestar en la Subjetividad (pacto del progreso con la barbarie, evidenciado hoy en varios países).

La necesidad de la política


Considerando que la primera función de un sistema político democrático es regular las diferencias y divergencias entre los ciudadanos para que las personas puedan vivir juntas en una comunidad organizada, sin el empleo sistemático de la fuerza, y que la legitimidad de la acción del Estado depende de una aceptación general de sus procesos de toma de decisiones, entonces, la movilización de la sociedad a partir de objetivos claros e incluyentes es la “terapéutica política” necesaria a partir del confinamiento, que evidenció todo tipo de conflictos que van desde el plano internacional a los comportamientos colectivos, la relación individuo-sociedad y el espacio doméstico.

Para eso, necesitamos recolocar las cuestiones poniéndolas en condiciones de ser “ecuacionadas”.

¿Y qué es lo que debemos poner en relación en nuestras áreas específicas del urbanismo, la arquitectura y el paisaje?

La cuestión es, partiendo de la situación actual, cómo pensar la rearticulación de la ciudad y la sociedad divididas, incluyendo:

Lo socio-espacial y lo económico.
La ciudad y la habitabilidad.
Las transiciones urbano-rural-urbano.
El medio ambiente, lo productivo y el paisaje.
Lo público-lo privado-lo semipúblico-lo semiprivado.
Lo individual y lo colectivo.
Lo objetivo y lo subjetivo.
Lo ético y lo estético.
Y sus interrelaciones.

Imagen archivo QUE digital

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